miércoles, 21 de abril de 2010

Tú que dominas la vida,
tú que gobiernas la muerte,
tú, eterno vivo y muerto,
Vampiro, Amo del tiempo.

De infinita sabiduría,
de sobrecogedora maldad,
de respetable presencia,
Criatura en soledad.

Con colmillos afilados,
con una mente poderosa,
con pálido y cetrino rostro,
Ser, Señor de los condenados.

Tú eres el eterno maldito,
de los siglos oscura sombra,
con sed de esencia roja,
Rey y Príncipe de las tinieblas.

Marchita

Enferma y marchita queda la flor,
Se le está escapando la vida,
Ya se están acabando sus días,
Se cierne el invierno con cruel dulzor.

Caen los pétalos que antes lucía,
Pierde el aroma que hablaba de amor,
Se va sabiendo lo que es el dolor
Y no logrando frenar la caída.

No hay luz que deshaga la escarcha,
Ni aliento que reviva su ser,
Solo fría, triste y simple nada.

Ya muere la flor sin más que hacer,
Vuela su espíritu entre las hadas
Para anónima desaparecer.