Siento que me faltan las palabras, y eso es extraño, ya que han sido las únicas amigas fieles que he tenido, siempre dispuestas a reafirmar mis pensamientos.
Pero ahora no se qué las ocurre, por culpa de que extraña enfermedad no acuden a mí como desearía. Creo que han decidido que si no las uso cuando estás frente a mí para expresar lo que siento tampoco podré usarlas para otros fines. Han resuelto en que no debo recurrir a ellas para compartir mi alegría o mi pesadumbre. Ni mis miedos ni mis esperanzas han de ser ya nunca pronunciadas por mis labios mientras este nada liviano castigo termine.
Y es por ello que sólo puedo remitirme a las palabras escritas; parece ser que es el último resquicio que queda entre esas palabras que me han sido arrebatadas y la total incomunicación. Y si ya es difícil entenderse hablando, no me atrevo a plantearme la posibilidad de hacerlo sin palabras.
Aceptaré mi castigo sumisamente, con la vaga y diluida esperanza de que me sirva de lección.
Suaves y sutiles palabras, algunas dulces,otras hirientes como garras, pero todas, absolutamente todas, salidas del corazón. No conozco mejor forma de contar, de decir, que invitando a otros a leer mi alma.
domingo, 29 de mayo de 2011
viernes, 20 de mayo de 2011
Caminos
Es fácil ahora comprender que no se puede tener todo en esta vida, se puede amar a dos corazones distintos, pero solo puedes entregar el tuyo a uno. Y esto es una gran injusticia, porque cuando el amor azota y clava su dardo cruel, haciendo referencia a la magnifica obra de Muñoz Seca, todos deberian rendirse a él, sin importan cuantas almas se unan al mismo tiempo. ¿Por que tengo que entregar dos clases distintas de amor cuando tan solo logro experimentar un tipo de sentimiento por ellos?
Pero es fácil de comprender ahora, no antes, en estos momentos que pierdo todas las oportunidades presentes, tras haber dejado pasar muchas, lenta y sofocantemente, por no tener claro que alma me gustaba más ni que ojos me volvían más loca. he perdido el tiempo preguntándome que camino escoger, quejándome a mí misma de no poder tomar los dos unas veces, y otras desechando cualquier posibilidad, ante el desolador sentimiento de fututro rechazo.
Así que he ahí el problema, he diluido la arena del reloj, ni tan siquiera la he derramado, sino que he conseguido que se deshaga en poco más que vapor, en poco más que suspiros.
Perdí mis días intentando averiguar ante que voz mi corazón latía más deprisa, o ante que olor me estremecía con mayor sobrecogimiento... incluso me negué a mí misma la realidad, pensando que no sentía por nadie.
Y ahora que al fin me doy cuenta de esto, para un caso me falta confianza y para el otro me asusta el exceso de la misma, con lo que me sumerjo de nuevo en paranoias pesimistas y desagradables.
Pero ahora da igual; de uno ya obtuve el rechazo; del otro ya no tengo tiempo. Creo que sería mejor extender las alas y volar, volar tan alto y tan lejos que todo quedara atrás para siempre, sin miradas de añoranza, porque el vientos ayudaría a borrar todos estos malditos pensamientos.
Pero es fácil de comprender ahora, no antes, en estos momentos que pierdo todas las oportunidades presentes, tras haber dejado pasar muchas, lenta y sofocantemente, por no tener claro que alma me gustaba más ni que ojos me volvían más loca. he perdido el tiempo preguntándome que camino escoger, quejándome a mí misma de no poder tomar los dos unas veces, y otras desechando cualquier posibilidad, ante el desolador sentimiento de fututro rechazo.
Así que he ahí el problema, he diluido la arena del reloj, ni tan siquiera la he derramado, sino que he conseguido que se deshaga en poco más que vapor, en poco más que suspiros.

Y ahora que al fin me doy cuenta de esto, para un caso me falta confianza y para el otro me asusta el exceso de la misma, con lo que me sumerjo de nuevo en paranoias pesimistas y desagradables.
Pero ahora da igual; de uno ya obtuve el rechazo; del otro ya no tengo tiempo. Creo que sería mejor extender las alas y volar, volar tan alto y tan lejos que todo quedara atrás para siempre, sin miradas de añoranza, porque el vientos ayudaría a borrar todos estos malditos pensamientos.
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