Son suspiros torpes
que anhelan libertad;
son esquivas sirenas
que desean caminar.
Son brillantes luciérnagas
colgadas sobre el mar,
que quieren descender
y en la arena jugar.
Son anhelos, deseos, caprichos,
que nacen para expirar;
pero lo que me mueve a quererte
no sabe de tiempo, sino de eternidad.
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